Si bien esta decisión de Belgrano se entendió como una actitud enaltecida de su espíritu, también recibió críticas -incluso hasta hoy- por la liberación de las tropas españolas.
A propósito, el propio Manuel Belgrano reafirmó su postura en una carta a Feliciano Chiclana, el primer gobernador de la provincia de Salta: “Siempre se divierten los que están lejos de las balas, y no ven la sangre de sus hermanos, ni oyen los clamores de los infelices heridos; también son esos los más a propósito para criticar las determinaciones de los jefes: por fortuna, dan conmigo que me río de todo, y que hago lo que me dictan la razón, la justicia, y la prudencia, y no busco glorias sino la unión de los americanos y la prosperidad de la Patria”.