“Nuestra misión es la de desembarcar en las Islas Malvinas y desalojar a las fuerzas militares y a las autoridades británicas que se encuentran en ellas, esto es lo que vamos a hacer. El destino ha querido que seamos nosotros los encargados de reparar estos casi 150 años de usurpación.
En esas islas vamos a encontrar una población con la que debemos tener un trato especial. Son habitantes del territorio argentino y por lo tanto deben ser tratados, como lo son todos los que viven en la Argentina.
Ustedes deberán respetar estrictamente la propiedad y la integridad de todas las personas, no entrarán a ninguna residencia privada sino es necesario por razones del combate. Respetarán a las mujeres, a los niños, a los ancianos y a los hombres. Serán duros con el enemigo pero corteses, respetuosos y amables con la población de nuestro territorio a los que debemos proteger. Si alguien incurre en violación, robo o pillaje le aplicaré en forma inmediata la pena máxima.
No dudo que el coraje, el honor, y la capacitación de todos ustedes, nos dará la victoria. Durante mucho tiempo hemos estado adiestrando nuestros músculos y preparando nuestras mentes y nuestros corazones para el momento supremo de enfrentar al enemigo, este momento ha llegado.
Mañana ustedes serán los vencedores, mañana mostraremos al mundo una fuerza Argentina valerosa en la guerra y generosa en la victoria. Que Dios los proteja”
Entre la destreza y la providencia
Por la fuerte tormenta y en los instantes finales previos al desembarco, el buque Cabo San Antonio debió cambiar 3 millas el lugar del desembarco. No encontraron oposición y la maniobra fue un éxito…